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Referéndum griego y barómetro sanitario español: ¿parecidos razonables?

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En esta entrada de hace más o menos un año trataba yo de señalar la confusión entre los resultados del barómetro sanitario que anualmente publica el Ministerio de Sanidad y la calidad real del Sistema Nacional de Salud. Confusión parecida a la que sufren los ciudadanos respecto a las temperaturas ambientales si se fijan exclusivamente en los termómetros callejeros. Confusión que, por ignorancia o por falta de tiempo -que dirían Tip y Coll-, alientan los políticos-gestores (particularmente los consejeros del ramo) cuando comentan tales resultados referidos a su comunidad autónoma.

Referendum Grecia Si-NoEste año, la excusa para insistir en el tema -con un enfoque ligeramente distinto- es el referéndum de mañana en Grecia sobre la propuesta de la UE para prorrogar la ayuda financiera a ese país. Las encuestas dan un empate técnico entre el ναί y el όχι, de modo que el resultado es tan predecible como tirar una moneda al aire. Es decir, podría interpretarse que la opción que salga será debida más al azar que a la sesuda reflexión a que estarán sin duda entregándose hoy nuestros vecinos mediterráneos. Imaginen que se ponen malos y no pueden votar mañana unos pocos más de partidarios del “sí” que del “no”, o que el calor desanime más a salir de casa en las zonas con mayoría de partidarios del “no”.  Y los factores que pueden incentivar o desincentivar a los indecisos son infinitos e impredecibles. Por tanto, cualquiera que pasado mañana hable de que “el pueblo griego” o “los griegos” han decidido una cosa u otra simplemente se engaña o trata de engañar. Tanto más cuanto más ajustado sea el resultado.

By the way, tengo mis dudas de que las convicciones “democráticas” de muchos “demócratas” pasen por aceptar la legitimidad en la toma de decisiones políticas de un juego de azar con una probabilidad de que salga “cara” igual a la de que salga “cruz”.  Seguro que para algunos es más justo que ellos interpreten la voluntad de los ciudadanos que dejar que decida un sistema aleatorio libre de su influencia. Volviendo a recordar a Daniel Kahneman, tal vez tampoco acepten que en entornos de baja validez, acierta más veces un algoritmo que el consejo de los “expertos”.

En el caso de nuestro barómetro sanitario, seguro que esos consejeros que sacan alegremente conclusiones a partir de las “notas” que reciben de los encuestados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en su comunidad autónoma confían en que la representatividad de dichos encuestados está garantizada por la aleatoriedad en el muestreo. Sin embargo, caben dudas al respecto. Analicemos algunos datos de la encuesta de 2014, recién publicada, comparados con los de 2013. Tomaré al azar los de Castilla y León.

  • La valoración global del sistema sanitario por los ciudadanos castellano-leoneses en 2014 es de 6,57, frente a 6,48 en 2013 (en el conjunto del SNS es de 6,31 en 2014 frente a 6,41 en 2013). Enseguida se han lanzado las campanas al vuelo pues “hemos mejorado” y “estamos por encima de la media nacional”, dos mantras que resultarían simplemente cansinos si no fuera porque son sencillamente falaces. Veamos.
  • Resulta que la distribución por provincias de los encuestados en 2014 es notablemente diferente de la de 2013. Y sigue llamando la atención que, al igual que el pasado año, no se haya encuestado a nadie de Soria (eso no es por azar).

BS2014-Provincias

  • También cambia la distribución de personas de zonas rurales y urbanas. Y choca que, al contrario que el año pasado, esta vez no estén representados los habitantes de Segovia capital ni los de Zamora capital (esto tampoco es por azar).

BS2014-Rural-Urbana.jpg

  •  Si hiciéramos un pequeño ajuste de tasas considerando las puntuaciones promedio de 2014 pero aplicadas a la distribución de 2013 de encuestados por provincia nos saldría una nota de 6,51 (oh, vaya, ha bajado). Y si el ajuste considerase además la distribución por zonas rurales y por capitales, la nota bajaría hasta 6,08. ¡Inferior a la del año pasado! ¿Es todo pura ilusión estadística? O peor, ¿hemos ayudado al azar? Por ejemplo, cambiando zamoranos capitalinos por rurales o invirtiendo la proporción en Ávila. No quiero ni pensarlo.
  • Como en 2013, la pregunta 38 del barómetro de 2014 pide al entrevistado que se sitúe políticamente en una escala del 1 (Izquierda) al 10 (Derecha). Estos son los resultados de ambos barómetros:

BS2014-Política

  • Parece que disminuyen un poco los que se declaran claramente de derechas o de izquierdas y que su satisfacción o insatisfacción con el sistema sanitario se acentúa. Lo curioso es que los abandonos van a parar al “No sabe”. ¿Hartura de etiquetas o perplejidad?
  • El caso es que al indagar por el recuerdo de voto en las elecciones generales de 2011 (pregunta 39a), el fenómeno se repite  (los que reconocen haber votado al PP dan una nota más alta que en 2013 y los que reconocen haber votado al PSOE la dan más baja) pero con una sorpresilla: los votantes de IU dan más nota en 2014 que en 2013. De nuevo, la muestra de 2014 se diferencia de la de 2013 en que los grupos de votantes de PP y PSOE son más reducidos mientras es mayor el de abstencionistas.

BS2014-Partidos.jpg

  • ¿A dónde nos lleva esto? Pues a que si no podemos estar seguros de que las raquíticas diferencias en las valoraciones de un año para otro no se pueden atribuir a factores distintos de la calidad de la asistencia sanitaria (y aquí sólo he apuntado un par: la distribución de los encuestados por provincias y por zonas rurales y urbanas y la tendencia política)  no se puede afirmar que los ciudadanos están más contentos con el sistema sanitario ni lo contrario.
  • Y quien pretenda otra cosa está intentando manipular … y lo sabe.

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